10/08/2011

APERTURA EN TELECOMUNICACIONES, TLC, Y OTRAS "AMENAZAS"


Ya hace 5 años que se realizó el referéndum para que se firmara el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y entre los requisitos de este pacto comercial estaba la apertura del mercado de las telecomunicaciones. De sobra está mencionar cuál fue el resultado de tal proceso democrático, el pueblo costarricense hizo su elección y aunque no siempre la democracia y su proceso garanticen que la decisión tomada fue la mas acertada, lo que si es cierto es que no hay marcha atrás.
Las instituciones del gobierno, autónomas o no, se han convertido en nido de ratas mal vivientes, sanguijuelas tratando de exprimir los escasos recursos que se deberían destinar a mejorar la calidad de vida de los costarricenses.
Y es que la falta de control junto con la carencia de una vocación de servicio publico, mas la corrupción de estos maleantes de cuello blanco, confabulan para que se vean cosas como que el presidente del ICE viaje en helicóptero para realizar diligencias personales y esto pagado con recursos, no de la institución, sino mas bien por el pueblo. O que se oiga hablar que por pésima administración un ente tan vital como lo es la CCSS sufra el descalabro financiero que atraviesa en este momento.
Si bien es cierto que la empresa privada no se libra de esas personas mediocres, porque el que roba es mediocre, al menos si un funcionario utiliza o abusa de los recursos del patrón se tiene la plena seguridad de que será despedido sin responsabilidad patronal y no como ocurre el en las instituciones estatales donde las convenciones colectivas, sindicatos y uniones de trabajadores garantizan una sarta de privilegios que ademas de pasar la factura simplemente "no se lo merecen".
Un estado empresario vulnerable, corrupto, carente de control y al que le gusta hacer gala de su pésima administración, es el peor enemigo que puede tener el desarrollo de un país.
Un estado fiscalizador, estricto, ordenado, y que ejerza una función de policía que mantenga el orden dentro y fuera del gobierno, garantiza que los dineros se distribuyan en forma consciente y racional, que las obras de infraestructura que se construyan, como carreteras, puentes, colegios, hospitales, etc, cumplan y sobrepasen los estándares establecidos en la legislación.
Es imperativo ELIMINAR LA CORRUPCIÓN y aplicar las leyes y reglamentos necesarios para disminuir de manera significativa el gasto publico.
Incentivar la inversión extranjera estableciendo reglas y normas que mantengan una sana competencia y que protejan al usuario para que no salga afectado de manera negativa es una opción inteligente. Mantener e invertir en una empresa estatal incompetente y no redituable a causa de su pésima administración mas que de sus capacidades es una mala idea.