11/10/2005


En 1992 compre mi primera btt, me duró casi tres años antes de que un desgraciado maleante a punta de gas de pimienta me la quitara. Lo que este pobre infeliz no sabía es que en realidad mas que el daño material de llevarse aquel fierro, lo que hizo fue quitarme, por un tiempo, el casi orgasmico placer de subir y bajar las montañas pedaleando.
En la actualidad tengo mi cuarta cleta, y a veces me pregunto si valdra la pena quitarle la vida a alguien que me quiere quitar la bici. Pero como no es lo material lo que importa en este caso, sino mi universal e inalienable derecho de recorrer la montaña, yo creo que si amerita defenderse.